Por fin y aunque después de la última vez no me lo creí hasta que atravesé la puerta de la avioneta, HEMOS SALTADO EN PARACAÍDAS. ¡Grabando!
Sábado 24 de mayo, 9.30 am y ahí estábamos de nuevo, en la terminal 1 del José Martí. Nos reencontrábamos con Alina, Gelasio, Abel, Gabriel, Óscar, Chiki y otros más que nos habían acompañado en nuestra larga espera dos semanas atrás. Repetíamos los tres mosqueteros:
pero esta vez nos acompañaban
María
Y, de repente, sin darnos cuenta, llegó el momento. No tengo apenas fotos, porque las buenas están en papel y trataré de ponerlas en otro momento, pero aquí se resume un poco la aventura. Subimos a la avioneta, lo cual fue la primera experiencia del día: nave rusa del año 43, ruido de motor similar al de un chevrolet cascao de la misma añada, puertas endebles, tapicería grismanchao, asientos de plástico de coña y señor custodio con cara de mala leche y amargura cuya función es evitar que secuestremos el aeroplano y emprendamos la huída hacia la tierra enemigaimperialistagenocidacapitalistavandálica(=Miami).
Sobrevolamos La Habana, que desde el cielo y entre nubes parece aún más grande y bonita. Sobrevolamos la bahía y nos dirgimos hacia las playas del Este. Nuestro destino era la playa Mégano donde nos esperaban las chicas y sobretodo Ana, que ataviada con una "X" en el pechamen estaba muy pendiente por si a alguien se le soltaba el paracaídas poder ir rauda y veloz al rescate.
PAZ
...
BELLEZA
...
SILENCIO
...
joder, qué bien me siento aquí
Que sí, que sí, que tenías razón, que ahora se por qué cantan los pájaros...
¡CHAS! se abre el paracaídas. Y entonces hago una foto:
Y otra
¡Qué leches! Guardo la cámara, voy a disfrutar de esto. ¿Estás bien? Bueno, no puedo parar de decir que lo flipo, lo flipo, lo flipo, alucino....
Y llega el aterrizaje. Y todo el mundo viene corriendo. Y las chicas más emocionadas que nosotros mismos. Y todos los paracaidistas con tremenda sonrisota vienen y te dicen felicidades y te dan un abrazo muy cálido y muy sincero que te dice mucho más, te dice: bienvenida, ya no escapas. Y Ana y Montse, que habían jurado no tirarse ¡vamos ni de coña! caen en el embrujo y dicen yo también quieroooooo. Bueno chicas, para la próxima, porque va a haber una próxima ¡yo esto ya no me lo pierdo!
(Y para terminar bien un día increíble, atardecer de playita en Varadero. Sin comentarios...)
1 comentario:
Juas! Que bueno!!!
he de reconocer que me da envidia, pero tambien estoy seguro de que si lo hiciera sería incapaz de saltar... que miedito madre!!!
Y que encima tengas la sangre fría de hacerte fotos... :D :D
Nada nada... me ha encantado!!! Jajajaja!!
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