martes, 15 de enero de 2008

¿En serio? no me lo creo...

Eso fue lo que dije cuando me confirmaron que me daban permiso para comprarme el carro.
--
Después de dos meses de trámites llegó el momento.
--
Para el que no haya seguido el culebrón, decir que en este país comprarte un carro es "tremenda" aventura. No se lo puedes comprar a quien quieras, no se lo puedes vender a quien quieras, ni siquiera deshacerte de él como quieras cuando no sirve y todo ello rodeado de una cantidad de permisos y notas por parte de las embajadas y el Ministerio de Relaciones Exteriores Cubano que ralentizan el asunto de una forma inimaginable. Este es el país de la burocracia y eso, de verdad, quita mucho tiempo.
--
La alegría que me reporta mi nueva adquisición no se entiende sino por la necesidad de tener coche en esta ciudad. No tanto para un turista pero sí para alguien que vive aquí de continuo y que tiene obligaciones y horarios, mas aún cuando un turista o extranjero no puede(debe) hacer botella(autostop) por la cuenta que le trae al conductor.
Pero a partir de ahora, y desde la tarde de ayer, ya no necesito que me recojan o me lleven al trabajo o al supermercado. Ahora sólo tengo que montarme en mi fiera colorá y arrancar, con rumbo fijo o inesperado, allá "donde me lleven los caminos"
--
Os presento al homenajeado:


(qué enana soy ¿no?)

Sólo le falta la radio, pues se la robaron al antiguo dueño, pero me traen una calentita y recién encargada de España este mismo fin de semana.

No tiene nombre, pero bien podría ponerle, no se, Fidel o Fidelito que es más lindo...
Como diría mi Anito (te quiero y te echo de menos aunque hablo más contigo que con nadie muñeca...), que es una gran "autófila" o "motorófila" o "carrófila", lo primero que hay que hacer cuando uno se compra un coche es explorarle las entrañas y aprenderse dónde está cada cosa, familiarizarse con el sonido y saber hasta con los ojos cerrados de qué adolece tu pequeña criatura. Así que, y con la ayuda de mi compañero Juan Carlos (qué haría yo sin él...), me dispuse en primer lugar a tantear el terreno:


Y ahora que ya lo conozco, a disfrutar de él. Me prometo a mí misma un viaje sobre ruedas desde La Habana hasta Baracoa en julio, cuando vuelva mi Metrito a visitarme y excursiones varias a Viñales, Pinar del Río, Varadero, Playa Girón, María la Gorda, Santa Clara y algún que otro cayo. Viajes al aeropuerto también caerán unos pocos, el más anhelado el 31 de enero, a por mi pequeño y Arturo, ya no queda nada¡qué ganas!
Lo peor de conducir por aquí es la noche, cuando hay que sortear toda serie de baches ( y digo baches, auténticos boquetes a escala 1= 2 metros de diámetro), ciclistas, peatones, perros, carros y demás atrezzo que aparece aleatoriamente albergado por una total oscuridad por las vías cubanas tras la caída del sol. El resto del día sólo hay que confiar en la claridad y tratar de adivinar el pensamiento del conductor que transita a tu lado, de frente, por detrás o que aparece misteriosamente de la nada, pero eso es solo cuestión de práctica. Acostumbrarse a los cruces a la izquierda en la autovía o los viandantes que se acercan peligrosamente al auto para vender queso o cebollas es otro tema y es parte del espíritu de este lugar... ¡Ay!, qué lindo lugar...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

pedazo carro pequeña!!! pero no me imaginaba a una "verde" con un todoterreno..jejej!!!

yo estoy de exams, dándole duro, a ver si acabo la carrera de un puñetera vez q ya toca coño!

y poquito más te cuento, mi vida es tediosa y aburrida...

mil besos flor!

Anónimo dijo...

la anónima soy yo

Ignacio dijo...

pero que diceeeees!!!! Que peazo de bichoooooo!!!!

ERES LA AMAAAAA DE CUBAAAAAAAAA!!!!