sábado, 30 de agosto de 2008
QUÉ ILUSIOOOOOOOOOONNNNNNNN
viernes, 29 de agosto de 2008
GUSTAV
PD: además de mecánica, también estoy aprendiendo de ciclones... :D
miércoles, 27 de agosto de 2008
¡Ando atrasá!
Es que no me da tiempo a actualizar…
Al final ni una foto ni media del viaje al Oriente de la Isla ¡cachis!
Pues como no. Tengo que decir que me impresionó mucho la zona. Mi jerarquía de lugarespreciososdecuba ha cambiado. Viñales y Trinidad han sido desbancados por la preciosa Baracoa y su entorno.
Pero antes de eso, estuvimos en Santiago, que también me encantó. Sorprendida por las grandes diferencias con La Habana: más pobreza, más indigentes (en La Habana, más bien poquitos), más gente parada sin hacer naaaada, más pro-revolusionarios, menos sitos donde comer algo medio en condiciones o donde alojarte medio decentemente, más baches en la carreteras, menos iluminación si cabe, más desconfianza y quizá algo más de inseguridad. Pero Cuba al fin y al cabo, como siempre encantadora.
Antes de partir hacia Baracoa, fuimos a visitar a la Virgen de la Caridad del Cobre. A esta Virgen se le asocia en el sincretismo afrocubano el Orisha de nombre Oshún. Oshún es una alegre señorita que representa la intensidad de los sentimientos y la espiritualidad, la sensualidad humana y lo relativo a ella, la delicadeza, la finura, el amor y la feminidad. Su color es el amarillo y de camino hacia el santuario,
La mayor parte de la gente le lleva flores, pero no faltan quienes le ofrecen otras cosas…
Después, para variar, carretera y manta
Malas carreteras, pero tremendo paisaje en nuestro viaje por la provincia de Santiago de Cuba.
El paisaje, muy distinto a las provincias occidentales, va cambiando a medida que uno se adentra en la provincia de Guantánamo.
La ciudad, que no tiene grandes atractivos, estaba en carnavales.
Hacía un calor de la muetttte y todo el mundo que no iba lo suficientemente cocido buscaba una sombrita.
Nosotros nos tomamos una serbesa y sin más, seguimos para Baracoa que aún quedaba bastante.
Por el camino, que va paralelo al litoral sur de la Isla,
nos encontramos de frente con el mar Caribe y esto, pues ya se sabe, siempre es una buena experiencia. Porque los verdes y azules que tiene este mar, tiremos de tópicos, no se pueden describir con palabras. Pues eso, a mí me dejan con la boca abierta, me encantan.
Además, en esta zona nos encontramos con que las playas son de limpias arenas verdosas,
llenas de pequeñas piedras de todos los colores. Un festival para el observador cromófilo ¡yujuuuuu!
Nos tomamos un piscolabis(a ritmo cubano, no se crean que esto es llegar y besar el santo) y p’alante…
Para llegar a Baracoa
hay que atravesar “La Farola”,una carretera que nos habían pintado como asesinaimposibledeatravesarnoseosocurrairporahi. No era para tanto ni mucho menos (nada que no tengamos en muchos lugares de España), tan sólo con ir despacito y no hacer el cafre basta. Pero lo mejor de la Farola es el paisaje.
Sin comentarios… Yo estaba convencida de que en cualquier momento nos iba a atacar un tiranosaurux rex o iba a aparecer un hombre de Cromagnon. Aunque de estos últimos vimos algunos, ninguna bestia nos interrumpió el camino y finlamente llegamos a Baracoa, que es una preciosidad. Resumen: pueblecito de playa, casas coloniales a la española y a la francesa, todas ellas hechas polvo, mezcla de supercasas y mierdacasas, gente por todas partes, monumento al indio hatuey (el primer patriota cubano con un par de pelotas), casa de la Trova, alegoría a la Revolusión por cada esquina para no olvidar donde estamos, río Miel, muchas bicicletas y mucho, mucho encanto.
Para no aburrir (demasiado tarde, jeje), diré que visitamos Yumurí, un pueblecito pegado al mar que tenía, además de paisajes increíbles, una vaca nadadora que cada día atraviesa el río con su ternerito para ir a comer y a las cinco (hora del té) vuelve de nuevo a casa. Nadando, claro.
La conocimos a ella y a su retoño, pero no habían ido a nadar porque amenazaba ciclón, ya se sabe… Nos bañamos en el río que tan bien conoce esta vaca, comimos parguito y aguacate y volvimos para Baracoa.
El día siguiente transcurrió con la incertidumbre de si Fay nos “aguaría la fiesta”. (Escuchamos el pronóstico con gran interés...)
Por suerte, la tormenta tropical no nos molestó por el camino y permitió que nuestro vuelo saliera para La Habana. Por suerte, ya que fue el único vuelo nacional que salió esa noche.
Y de esto hace ya unos días, han pasado muchas cosas más… Pero aquí queda la crónica, para información vuestra y para mi recuerdo :D
Hasta mañana (es un decir…)
jueves, 21 de agosto de 2008
:(
lunes, 18 de agosto de 2008
Recortes de prensa
Especial para El Nuevo Herald
Félix de la Caridad Carvajal y Soto era un humilde cartero que además se buscaba la vida trotando por la ciudad con dos pancartas sobre sus hombres y anunciando productos comerciales. Era también portero en el hotel Inglaterra. Por su estilo de repartir la correspondencia, siempre caminando rápido o corriendo, lo bautizaron como El Andarín Carvajal.
Nacido en La Habana, cerca del mar, en la calle Aguila esquina a San Lázaro, el 18 de marzo de 1875, se mudó con su familia en busca de mejores oportunidades al pueblo de San Antonio de los Baños.
Debido a la proximidad de las Olimpiadas, a Félix se le despertó el deseo por competir en el evento, especialmente en la especialidad de maratón, pero contaba con muy pocos recursos ya que en esa época no existía en Cuba ninguna organización deportiva que pudiera ayudarlo.
Para recaudar dinero se presentaba en distintos lugares, especialmente parques y avenidas, corriendo hasta que juntaba muchos observadores. Por lo general llevaba dos cartones: en el pecho y en la espalda con el logo de ''Coopere con un deportista cubano que quiere ir a la Olimpiada''. A duras penas consiguió reunir el dinero.
Carvajal, aunque era un caminante incansable, nunca había participado en competencias de esta importancia y mucho menos con la ayuda de un entrenador. Cuando se presentó para la salida, llevaba puesto una camisa de mangas largas, pantalones largos y zapatos altos --y viejos-- de los que usaban los carteros. Los espectadores que presenciaban el evento no podían aguantar la risa por la vestimenta.
En la línea de arrancada un piadoso oficial del evento se le acercó con una tijera y le hizo el favor de cortarle las magas de la misa y también un recorte al viejo pantalón, con el fin de que pareciera como el resto de los atletas participantes en el maratón.
Al sonar el disparo de arrancada y sin probar alimento alguno, se enfrentó a 27 contrarios de los 38 inscriptos. El Andarín salió disparado en primer lugar en su clásico estilo de correr y donde se destacaban sus viejos zapatos de cartero habanero. Llegan los kilómetros 10, 15, 25 y seguía encabezando el pelotón. En el 30, continuó al frente y se le veía fresco. Sin embargo, el hambre lo traicionó.
Salió de la ruta al ver un árbol de manzanas, estaban verdes pero no importaba, cualquier cosa con tal de terminar el evento.
En el kilómetro 35 comenzó a sentir problemas estomacales y se vio forzado a salir tres veces de la carretera y perdió el liderazgo.
Al finalizar el maratón, solamente llegaron 14 participantes a la meta.
Félix de la Caridad Carvajal y Soto entró con un brillante cuarto lugar.
… Hay algo quizá más relevante. Según Perugorría, existe una isla flotante y cada vez más cubanos están en ella. "Algunos se fueron del país, pero nunca se marcharon. Otros están aquí, pero en realidad no están. Hay un espacio que tiene que ver más con la cubanía que con las fronteras políticas, y en esa isla están los que no se sienten representados en ninguna parte, nada más que en esos valores de la nación cubana" …
domingo, 17 de agosto de 2008
Las fotos que nunca puse...
De camino a...
Cruzando el Lago Atitlán
Bañándose en él...
Disfrutando del paisaje
En Santiago de Atitlán
El culto al Maximón
Espero que os queden ganas de visitar este país, porque es una maravilla...
¡Hasta mañana!