miércoles, 27 de agosto de 2008

¡Ando atrasá!

Estoy atrasá

Es que no me da tiempo a actualizar…

Al final ni una foto ni media del viaje al Oriente de la Isla ¡cachis!


Pues como no. Tengo que decir que me impresionó mucho la zona. Mi jerarquía de lugarespreciososdecuba ha cambiado. Viñales y Trinidad han sido desbancados por la preciosa Baracoa y su entorno.

Pero antes de eso, estuvimos en Santiago, que también me encantó. Sorprendida por las grandes diferencias con La Habana: más pobreza, más indigentes (en La Habana, más bien poquitos), más gente parada sin hacer naaaada, más pro-revolusionarios, menos sitos donde comer algo medio en condiciones o donde alojarte medio decentemente, más baches en la carreteras, menos iluminación si cabe, más desconfianza y quizá algo más de inseguridad. Pero Cuba al fin y al cabo, como siempre encantadora.

Antes de partir hacia Baracoa, fuimos a visitar a la Virgen de la Caridad del Cobre. A esta Virgen se le asocia en el sincretismo afrocubano el Orisha de nombre Oshún. Oshún es una alegre señorita que representa la intensidad de los sentimientos y la espiritualidad, la sensualidad humana y lo relativo a ella, la delicadeza, la finura, el amor y la feminidad. Su color es el amarillo y de camino hacia el santuario,
como era de esperar, aparecen millones de cubanos dispuestos a venderte reproducciones de la santa y girasoles y otras flores amarillas para que le lleves tu ofrenda y le pidas aaaarrrrrgo.
Eso es lo que hicimos, claro está.


La mayor parte de la gente le lleva flores, pero no faltan quienes le ofrecen otras cosas…


Después, para variar, carretera y manta
todos arrejuntaítos en nuestro carro de alquiler, ideando el cuento que le íbamos a contar al agente que nos parase y pidiera explicaciones al porqué de ir uno más en la parte de atrás. De todas formas, para evitar el trago, ideamos una estrategia que consistía en que la más canija del grupo (¿quién será?) se lanzara cual aguilucho en búsqueda de presa en cada avistamiento de policía para desaparecer sin dejar rastro. Muy entretenido…

Malas carreteras, pero tremendo paisaje en nuestro viaje por la provincia de Santiago de Cuba.
La vía transcurre paralela al trazado de la Sierra Maestra, que no sólo es preciosa, sino que evoca otros tiempos cruciales para la historia de este país. Inevitable sentirla como un lugar especial, sabiendo que allí estuvieron el Che, los hermanos Castro y otros guerrilleros cuando aún nadie imaginaba el destino de esta Isla.

El paisaje, muy distinto a las provincias occidentales, va cambiando a medida que uno se adentra en la provincia de Guantánamo.
Que nadie se crea que nos pasamos por el Mc Donalds de la base o algo por el estilo. A la “Gitmo Bay”, lugar que lamentablemente conocemos por cosas que nunca debieran haber existido, no se puede uno acercar así como así. Sus alrededores son una de las zonas más vigiladas del territorio cubano, si no la más. Y desde dentro no se quedan cortos. Entre unos y otros hacen lindezas varias, como era de esperar. Valga como detalle: rodean la zona 44 km de alambradas que albergan en sus entrañas el mayor campo de minas del mundo. Dicen que el alquiler de esta base se lo pagan los estates a Cuba por medio de cheques. Dicen también que, por cuestión de principios, Fidel Castro guarda todos estos cheques en un cajón, pues jamás ha cobrado ninguno (y esto debe de ser verdad, pues los mostró a las cámaras en una ocasión). La base ahí sigue, mínimo hasta 2033, ¿paqué? En fin, dejando a un lado tiranteces y reyertas políticas varias(nosotros estábamos de vacaciones), nos fuimos para Guantánamo.

La ciudad, que no tiene grandes atractivos, estaba en carnavales.

Hacía un calor de la muetttte y todo el mundo que no iba lo suficientemente cocido buscaba una sombrita.


Nosotros nos tomamos una serbesa y sin más, seguimos para Baracoa que aún quedaba bastante.



Por el camino, que va paralelo al litoral sur de la Isla,

nos encontramos de frente con el mar Caribe y esto, pues ya se sabe, siempre es una buena experiencia. Porque los verdes y azules que tiene este mar, tiremos de tópicos, no se pueden describir con palabras. Pues eso, a mí me dejan con la boca abierta, me encantan.

Además, en esta zona nos encontramos con que las playas son de limpias arenas verdosas,

llenas de pequeñas piedras de todos los colores. Un festival para el observador cromófilo ¡yujuuuuu!
Nos tomamos un piscolabis(a ritmo cubano, no se crean que esto es llegar y besar el santo) y p’alante…



Para llegar a Baracoa

hay que atravesar “La Farola”,una carretera que nos habían pintado como asesinaimposibledeatravesarnoseosocurrairporahi. No era para tanto ni mucho menos (nada que no tengamos en muchos lugares de España), tan sólo con ir despacito y no hacer el cafre basta. Pero lo mejor de la Farola es el paisaje.

Sin comentarios… Yo estaba convencida de que en cualquier momento nos iba a atacar un tiranosaurux rex o iba a aparecer un hombre de Cromagnon. Aunque de estos últimos vimos algunos, ninguna bestia nos interrumpió el camino y finlamente llegamos a Baracoa, que es una preciosidad. Resumen: pueblecito de playa, casas coloniales a la española y a la francesa, todas ellas hechas polvo, mezcla de supercasas y mierdacasas, gente por todas partes, monumento al indio hatuey (el primer patriota cubano con un par de pelotas), casa de la Trova, alegoría a la Revolusión por cada esquina para no olvidar donde estamos, río Miel, muchas bicicletas y mucho, mucho encanto.

Para no aburrir (demasiado tarde, jeje), diré que visitamos Yumurí, un pueblecito pegado al mar que tenía, además de paisajes increíbles, una vaca nadadora que cada día atraviesa el río con su ternerito para ir a comer y a las cinco (hora del té) vuelve de nuevo a casa. Nadando, claro.
La conocimos a ella y a su retoño, pero no habían ido a nadar porque amenazaba ciclón, ya se sabe… Nos bañamos en el río que tan bien conoce esta vaca, comimos parguito y aguacate y volvimos para Baracoa.

El día siguiente transcurrió con la incertidumbre de si Fay nos “aguaría la fiesta”. (Escuchamos el pronóstico con gran interés...)


Por suerte, la tormenta tropical no nos molestó por el camino y permitió que nuestro vuelo saliera para La Habana. Por suerte, ya que fue el único vuelo nacional que salió esa noche.

Y de esto hace ya unos días, han pasado muchas cosas más… Pero aquí queda la crónica, para información vuestra y para mi recuerdo :D

Hasta mañana (es un decir…)


3 comentarios:

asimiroyo dijo...

supongo que para una ambientalistadevota será una maravilla encontrar todos esos paisajes sin explotar...

qué envidia!! ves como te estás haciendo reportera gráfica? hay que llevar la cámara siempre!!

besos corasóon

Ignacio dijo...

Que maravilla de paisajes!! :) Vaya currada de post xiki! :D

Y peazo de viaje. Te queda algo de la isla por ver?

Bss

Ivanhoe dijo...

joer cin, cada vez que entro en tu blog me da más envidia...amenazo con no volver a hacerlo...

besosss