jueves, 25 de septiembre de 2008

Experiencias de vida

¿Que por qué me quiero quedar?




Bueno, pues por muchas cosas.


Hay pequeños detalles que cuentan y que influyen mucho. Para muestra, un botón:


Esta mañana me dirijo al banco para cerrar mi cuenta. La suscursal se encuentra a tres cuadras de mi trabajo, pero como Juan Carlos, uno de los compañeros de la Ofi, se encarga de todo lo que tenga que ver con el banco, pues yo no he ido muy a menudo, solo cuando me ha sido necesario. Por eso no conozco demasiado a los empleados, solo he hablado por teléfono con Liuva, siempre muy amable, tres o cuatro veces.

Pues bien, paso por la puerta y un joven amable me pregunta qué deseo: cancelar mi cuenta, le contesto. Ah, diríjase al mostrador y pregunte por Marlen, por favor.

Es la primera vez que veo a esta persona, la cual me pregunta: ¿y es que ya te vas? “si, si, es que ya ha terminado mi período aquí” ¿y qué estabas haciendo? “trabajando en la Oficina Comercial de la Embajada” vaya, qué lástima ¿y no te puedes quedar? “lo he intentado, pero está muy difícil”. Mientras tanto Marlen prepara los papeles necesarios para cerrar definitivamente la cuenta. Cuando ya está todo hecho, me mira con cariño y me dice “cuídese mucho, que hace falta”, yo le sonrío y le doy las gracias “cuídese usted también”

Antes de marcharme me dirijo a Liuva y le digo que voy a despedirme. Ella me dice “ay mi niiiiiña, qué lástima que ya te marches”. Se acerca y me toma las manos y con ternura las aprieta entre las suyas y me dice: “Encantada de haberle servido. Vuelva pronto y, por favor, no se olvide de pasar a visitarnos”. No puedo por más que sonreírle y decirle, aunque se que es mentira, que lo haré.

Atravieso la puerta con una sonrisa sabiendo que acabo de salir de un banco, aunque no lo parezca.



De camino a la oficina, me cruzo por la acera con un ciudadano que me cede el paso con un ademán de reverencia y con voz amable me espeta: “Buenos días, linda”



No idolatro este país porque ahora más que nunca se que tiene muchas cosas malas




Pero, qué le voy a hacer, ME ENCANTA…